Hubo una fiesta en la piscina ese fin de semana, así que fuimos todos juntos y estuvimos bebiendo y divirtiéndonos todo el día. Ella estaba constantemente flirteando conmigo y tocándome, pero traté de jugar como si no fuera gran cosa para que mi amiga no se enojara. Más tarde esa noche cuando volvimos a nuestra casa, ella fue y se acostó en su cama porque estaba cansada de beber y de estar al sol todo el día. Mientras tanto, hicimos una fiesta con un grupo de amigos y seguimos bebiendo y divirtiéndonos.
Estaba bastante borracho y mientras pasaba por la habitación donde ella estaba en la cama, me vio e hizo un gesto para que entrara. Cerré la puerta y me acosté con ella. Sin decir una palabra, empezamos a besarnos mucho. Le desabroché el bikini y sentí sus tetas perfectas, burlándome de sus pezones. Ella se agachó y agarró mi polla dura a través de mis pantalones cortos y me dijo que me la cogiera. Inmediatamente le quité el bikini y le froté el coño con los dedos.
Estaba tan mojada que no podía soportarlo, así que me arranqué los calzoncillos, me puse encima de ella y le metí la verga dentro de ella. Ella gimió de placer cuando entré en ella y me susurró al oído que me la cogiera fuerte. Le metí la polla tan fuerte como pude hasta que tuvo un orgasmo. Me metí dentro de ella justo después. Nos quedamos unos cinco minutos con la polla dentro hasta que me di cuenta de que era mejor que volviera a la fiesta para que mi amiga no se preguntara dónde estaba. Ella se fue al día siguiente y él nunca se enteró. Fue una de las mejores relaciones sexuales que he tenido.